El Conducto Auditivo Interno

Laberinto membranoso
Laberinto membranoso

Es por el conducto auditivo interno que pasan el nervio facial, el nervio intermediario de Wrisberg, el nervio auditivo, los nervios vestibulares y las arterias que irrigan esta zona. Su fondo está ubicado situado al mismo nivel que el suelo del vestíbulo, separado por un muro óseo.
Extendiéndose desde la caja timpánica en el exterior al conducto auditivo interno en el interior, el vestíbulo constituye la parte mediana del laberinto óseo posterior sobre la cual se adjuntan los canales semicirculares. El vestíbulo y los canales semicirculares constituyen el órgano del equilibrio o el aparato vestibular.
El vestíbulo abriga a dos elementos membranosos: el sáculo y el utrículo, que contienen, en una parte circunscrita de su pared, un epitelio sensorial, la mácula.

Líquidos – laberinto
Líquidos – laberinto

Circulación linfática del laberinto

 

El laberinto membranoso está separado del laberinto óseo por un líquido límpido, la perilinfa. Contiene un líquido viscoso, la endolinfa.
 
A través de un canalículo muy estrecho, el denominado acueducto coclear, el espacio perilinfático comunica con el espacio subaracnoideo.
 
El sáculo y el utrículo están unidos a través del conducto utriculosacular a lo cual se conecta el fino canal endolinfático.
 
Esto, asociado con una arteriola y una vena, constituye el acueducto del vestíbulo y conecta el vestíbulo al endocráneo.
 
Termina en la faz postereosuperior del hueso temporal, por debajo de la dura mater, formándose una vesícula aplanada: el saco endolinfático.

 

 

Laberinto Hudspeth
Laberinto Hudspeth
El conducto auditivo interno en el oído: anatomía